El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), bajo la dirección del coronel Daniel Gutiérrez, ha tomado medidas drásticas y extensas para proteger la integridad de sus funcionarios ante la creciente ola de violencia que ha afectado a los guardianes en diversas regiones del país.
La medida más inmediata y de mayor impacto es la suspensión temporal de las visitas a las personas privadas de la libertad en las cárceles de Bogotá y del Valle del Cauca. Esta decisión, que se evalúa extender a otros centros de reclusión, busca cortar las posibles vías de comunicación o acción que podrían estar relacionadas con la escalada de agresiones contra el personal penitenciario.
Seguridad para el Personal: De Oficinas a Calles
El plan de contingencia adoptado por la entidad no solo se centra en el interior de los penales, sino que también abarca la protección de los funcionarios en sus rutinas diarias:
- Trabajo en Casa para Personal Administrativo: Se ha implementado la modalidad de trabajo en casa para el personal administrativo en las distintas regionales. Esta acción busca reducir la exposición y garantizar la seguridad de los empleados públicos que no cumplen funciones de custodia directa.
- Apoyo de Fuerza Pública en Desplazamientos: El INPEC solicitó el apoyo permanente de la Policía Nacional y del Ejército Nacional. Este acompañamiento es crucial para asegurar la integridad de los funcionarios, especialmente en los horarios de ingreso y salida y durante sus desplazamientos hacia y desde los establecimientos, con un enfoque especial en las zonas identificadas como de mayor riesgo.
Refuerzo Operativo con Turnos 24×48
Para mejorar la capacidad de respuesta y mitigar los riesgos asociados a la movilidad constante del personal, la entidad también anunció cambios en la jornada laboral en los penales más afectados. Se implementarán turnos 24×48 (24 horas de servicio seguidas de 48 horas de descanso) en aquellos establecimientos donde la situación de seguridad lo amerite. Esta medida busca, además de fortalecer la capacidad operativa, disminuir la frecuencia de los desplazamientos del personal, reduciendo así su vulnerabilidad.
Las nuevas directrices del INPEC reflejan una respuesta contundente a las amenazas que buscan desestabilizar el sistema penitenciario y ponen de manifiesto la urgencia de proteger a los dragoneantes, la primera línea de defensa del orden y la seguridad en las cárceles colombianas.
