El sueño de millones de niños de lograr convertirse en figuras del fútbol colombiano se convirtió en una pesadilla, tras cruzarse en el camino con un falso cazatalentos que logró engañar a los padres con promesas de vincularlos a importantes equipos del fútbol. El sujeto terminó abusando sexualmente de dos menores de edad en Cali, entre enero y marzo de 2025.
De acuerdo con la Fiscalía General de la Nación el falso cazatalentos fue identificado como Jorge Wilmer Olaya Solís, alias El Manager, quien se hizo pasar como representante deportivo, para abusar de los menores entre 9 y 16 años.
De acuerdo con la investigación, “el sujeto utilizaba como fachada una barbería de su propiedad en el barrio El Vallado, donde se hacía pasar como ‘cazatalentos’ de equipos de fútbol, para captar a menores de edad, a los que les prometía apoyo para su ingreso a ligas e incursionar en el mercado nacional de este deporte”.
Además, el falso cazatalentos contactaba a los padres de las víctimas para que les dieran “permiso de ir a su casa, luego de los entrenamientos, prometiéndoles la entrega de uniformes, balones, guayos y encuentros sobre temas relacionados con el fútbol”.
Sin embargo, lo que buscaba era ganarse la confianza para poderlos “ recoger en los entrenamientos y los trasladaba hasta su casa o barbería donde los sometía a vejámenes sexuales. Luego de abusar de ellos les habría ofrecido dinero y celulares de alta gama para que guardaran silencio”.
“A través del Sistema Watson de la Fiscalía se asociaron a la fecha tres eventos cometidos en contra de dos menores de edad entre los 9 y 16 años, que habrían sido agredidos por Olaya Solís. Asimismo se determinó que el procesado no contaba con relación contractual con ninguna escuela deportiva, ni hacía parte del equipo de entrenadores del barrio”, confirmó la Fiscalía.
Un fiscal de la Seccional Cali le imputó los delitos de demanda de explotación sexual comercial con menor de 18 años, acceso carnal violento agravado y acto sexual con menor de 14 años.
Durante las audiencias concentradas el procesado no aceptó cargos; sin embargo, un juez de control de garantías lo envió a la cárcel mientras se adelanta el proceso judicial en su contra