Laura Sarabia renunció a su cargo como canciller de Colombia este miércoles, en medio de un fuerte debate por la asignación del contrato para la producción de pasaportes, decisión que enfrentó al Ministerio de Relaciones Exteriores con la Casa de Nariño.
En su carta de renuncia dirigida al presidente Gustavo Petro, Sarabia expresó: “En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que por coherencia personal y respeto institucional me impiden continuar en el cargo”. La renuncia se produjo después de que el presidente decidiera revocar la adjudicación directa del contrato a la Imprenta Nacional y reabrir la licitación, una medida que contradijo la postura defendida por Sarabia.
La controversia se originó por la negativa del gobierno a mantener la licitación original, en la que Thomas Greg & Sons, empresa que venía prestando el servicio, resultó afectada. Petro, en su defensa, habló de «una licitación amañada» y ordenó repetir el proceso, lo que generó divisiones al interior del gobierno.
Laura Sarabia, una de las figuras más cercanas al presidente y símbolo de su círculo de confianza, deja el cargo tras menos de seis meses en la Cancillería, marcada por una gestión intensa y rodeada de decisiones clave en política exterior.
El presidente aún no ha designado oficialmente a su reemplazo. Mientras tanto, el país queda a la expectativa de cómo se resolverá el conflicto en torno al contrato de pasaportes, un servicio esencial que ha generado incertidumbre tanto en ciudadanos como en el ámbito diplomático.
