El primer fin de semana de junio y el inicio del mes han estado marcados por una alarmante escalada de violencia en el municipio de Tuluá, dejando un saldo trágico de cuatro hombres asesinados en distintos hechos que han alterado gravemente la calma de la comunidad.
La racha violenta comenzó la tarde del sábado 31 de mayo, cuando un joven de tan solo 16 años, identificado como James Andrés Quintero, fue víctima de un atentado sicarial en la calle 25 con Carrera 10. Quintero fue abordado por sicarios que le dispararon en repetidas ocasiones, causándole la muerte en el acto.
El domingo 1 de junio, las autoridades fueron alertadas sobre el hallazgo de un cuerpo sin vida en el sector de la carrilera del corregimiento de Aguaclara. Tras la inspección técnica, se confirmó que la víctima era Andrés Felipe Jiménez Ospina. Aunque las primeras versiones sugieren un acto violento, las autoridades aún no han confirmado las causas exactas de su deceso.
La violencia continuó el lunes 2 de junio. En el barrio La Alameda, en la carrera 24 con calle 5, Eleazar Angulo Tamayo fue atacado a balazos. Quedó gravemente herido y, aunque fue trasladado a un centro asistencial, falleció horas después.
Casi de manera simultánea, un nuevo ataque sicarial sacudió el barrio El Bosque. En una vivienda de la carrera 28B con calle 11, sicarios dispararon contra dos personas que se encontraban en el antejardín. El incidente dejó a un hombre sin vida y una mujer herida. Horas después, se confirmó el fallecimiento del hombre identificado como Juan Carlos Durán Gaviria
Estos múltiples crímenes en tan pocos días han generado una profunda preocupación y un llamado urgente a las autoridades para que refuercen la seguridad y esclarezcan los hechos que hoy sumen a Tuluá en una creciente ola de inseguridad.
